por la plegarias atendidas
que por las no atendidas"
Sta. Teresa de Ávila
Cuando no me acostumbraba
aún
al acompañamiento en la cama
lograba tranquilizar
el nerviosismo
concentrándome en las estrellitas
que iluminaban ese techo
en donde solía dormir,
al estar intentándolo.
Supe luego que aquellos
destellos luminosos-fluorescentes
eran el residuo de otros,
pero yo no lo entendí así.
Las hice mías.
Veía todo iluminado
dejando de tiritar,
y lograba concentrarme.
En las micros
descubrí esas pegatinas
a la luz del día,
elucubraba en cómo iluminaban
al conductor de noche
para que él no temiera.
Pero el adhesivo
y la capacidad para brillar
se gasta, sospeché.
En esos momentos
iban despegándose,
de una en una,
cayendo.
Mientras el miedo se iba,
y yo no alentaba
que se notaran cuando
se oscurecía.
Otros habitantes
ocupan ahora la pieza.
¿Su luminosidad será apreciada?
¿Podré comprarlas?
Las reviso,
me parecen vulgares
selladas en sus bolsitas plásticas
junto a calaveras,
diseños de halloween
chicas voluptuosas,
ofrecidas entre los cafés
de Huamachuco con
San Francisco,
es que allí no creen en lo bello me dicen,
es que allí ya nadie quiere
dejar impregnado su miedo.
3 comentarios:
Y ¿todavía le tienes miedo a la oscuridad?
Saludos y gracias por tu visita.
es a la oscuridad del otro
me da miedoooo
es como si hablarás desde mi
desde mi parada en la esquina de san camilo con huamachuco
llorando en la lluvia del invierno del 2005
miedooooo
snif
Publicar un comentario