Es mi espacialidad efímera colocada en imágenes hechas con palabras suprimidas.

jueves, abril 27, 2006

Maltrátanos, pero déjanos siempre con las patas hacia arriba



Desfiladero,

hojas y el viento hacia los costados

de las copas.

Ciudad repetida

desde lo lejos del camino

un único nombre

colocado hacia arriba,

no suelen acostumbrar

a colocar árboles entre las llaretas.

Odiosidad empecinada,

resquemor de orilleros,

si fuera en caleta cascabeles,

si dijeran:

¡Bajense aquí cabros!

nos bajaríamos

sin nombres,

sin acentos maltrechos.


Por lo menos
yo lograría
bañarme sin cizaña.

¿y cómo, no entiendo por donde bajo?

¿a qué resueno?.

Es que,

cuando caminamos con palos irregulares

colocados en la espalda,

¡a corregir la lordosis se ha dicho!

amarrados con los nudos de púas

desatados para lograr la rectitud.


Supe, tú siempre lo dijiste:

-aseguremos la quietud de día-

¡Padre!
¡Padre!

dime si está bien lo de los troncos

tú eras el mejor en lo de corregir

malformaciones.

Dame un trocito no más de la idea

que a ti se te ocurriría,

con quien te encuentres

¡mándame!.

Y quiero de esas semillas

también,

de las más abiertas,

para lograr arrastrarnos

por las cuestas.

Resuénanos

¡Vamos a huir!

Ahí, sólo me hago

ver como un coleóptero

ingenuo,

al cual persiguen los que deseen

bajarse

antes de la matanza,

agrupándonos de esta forma para corregir

la sensación de ir siempre con la espalda

arqueada e irregular,

a pesar de las cascaditas.

Porque sabemos:

ellas sí,

ellas sí,

nos esperarán.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Sabes, me gustó como domas las contradiciones en tu escrito. Tienes imagenes muy buenas.

indemne dijo...

Tengo tanto que decir y casi siempre digo tan poco. Es el maldito pánico escénico. Sólo me voy a quedar con los alambres de púa, que son tan bonitos (valga la paradoja).
Un beso.