“siempre había esperado por la sensación del viento fresco en el rostro, por estarse bien...”
Desde que he comenzado esta especie de simulación, me ha ido cada vez mejor, ya no espero mucho de los demás, y aquello me complace enormemente, ahora casi con totalidad, podría decir que me fío de los objetos, lo cual ha provocado que día tras día mi ánimo se vaya acrecentando, he inclusive hasta he soñado, lo cual es una muy buena evidencia de mi mejorado estado, también, por cierto recuerdo los sueños, un gran avance para mi persona que iba en un descenso sin vuelta hacia la sensación desesperanzadora de enfrentar la rutina, sin ganas de hacerlo, de enfrascarme en la poca productividad de la soledad, del sentirme en penumbras.
Pero, no todo ha salido de lo mejor, ayer tuve un traspié, lo cual claro, considero anecdótico, no es tan fácil que se borren los momentos placenteros de no creer en los demás. Tuve una pesadilla, que derivó de la excesiva confianza que he comenzado a profesarle a los objetos, en el sueño me levantaba en mitad de la noche, recorría la casa, teniendo la leve sensación de que no estaba sola, había alguien escondiéndose detrás de cualquier muralla, que a pesar de la seguridad que les tengo, no puedo pedirles que hagan más de lo demostrable, es decir, estar presentes, por ello comenzaba a caer en la confusión de sentir inseguridad, pero para no mostrar debilidad frente al primer escollo intenté prender las luces, pero las ampolletas no funcionaban, para saber cual era el desperfecto las palpé y el vidrio estaba blando, como derretido, entonces opté por meter un brazo por la rendija de una de las habitaciones que no está habitada por mi, y al sentir el aire del lugar, presentí a una persona y alguien me tomó la mano...
Desperté con miedo en el cuerpo, salté de la cama, caminé sin rumbo fijo por la casa, sabía que no iba a creer en lo soñado, considero esos contenidos como la simple materialización de las típicas ideas inculcadas para hacernos dependientes, frases como: “las personas nos socializamos...”, “no puedes vivir sin otros...”, “los demás son nuestros espejos...”, etc., etc., sólo palabras dichas para hacernos creer que debemos comportarnos adecuadamente, o que son necesarios los sentimientos y considerarnos pertenecientes a nuestras familias como si existieran entre las personas lazos inmanentes, bonitas intenciones al momento de estar en un lugar donde hay otros, pero en esta casa no hay nadie. Por ello, recordé lo bueno de los objetos, de la confiabilidad que nunca cesa si yo me voy encontrando cada vez más cercana a ellos, entonces me senté en el suelo de madera, fijándome en las hermosas figuras que se forman, apoyé mi espalda a un costado del refrigerador, sentí el motor funcionar, tomé mis piernas con las manos, cerré los ojos, sentí su compañía y plácidamente me quedé dormida.
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1 comentario:
estaba viendo mis posts y tan poca gente lo hace, me decepciono tal vez escribo muy mal y este sea el peor blog de toda la comunidad de blogs, pero bueno dicen que preferible que sobre que falte, o tal vez de lo bueno poco, que claramente no es incluye a mi blog, aunque quizá escriba este comentario para que este post no se vea tan vacío, es decir que el único que tengo no esté huachito.
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